lunes, 18 de febrero de 2013

Que al amor verdadero no le olvidan el tiempo ni la muerte

   Resuelta en polvo ya, mas siempre hermosa,
sin dejarme vivir, vive serena
aquella luz que fue mi gloria y pena,
y me hace guerra cuando en paz reposa.
   Tan vivo está el jazmín, la pura rosa,
que, blandamente ardiendo en azucena,
me abrasa el alma de memorias llena:
ceniza de su fénix amorosa.
   ¡Oh memorïa cruel de mis enojos!
¿Qué honor te puede dar mi sentimiento
en polvo convertidos sus despojos?
   Permíteme callar sólo un momento:
que ya no tienen lágrimas mis ojos...
ni conceptos de amor mi pensamiento.

Félix Lope de Vega y Carpio,  el "Fénix de los Ingenios"



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