miércoles, 11 de julio de 2012

A mi querido Totó





Hay veces en las que no soy cuerpo
y veces en las que sólo soy espíritu.
Hay veces que no entiendo nada
y un gorrión de plumas blancas
me nace en  la garganta.

Veces en las que ¡ay!
se me escapa la vida por los ojos
y el universo no es más
que el abrazo eterno entre el Cielo y la Tierra.

Hay veces en las que no soy cuerpo
y soy todo alma y siento al gorrión arder
entre las llamas de mi garganta.
¡Y del fuego nace un águila de plumas blancas!
y la Tierra y el Cielo y las Aguas y todas las Montañas
vuelan y se abrazan,
y lloran y ríen y aman;
aman al águila que brota del espíritu incendiado
que siente el beso del universo
en lo más profundo de mi garganta.

Soy, a veces, sólo un compuesto de alma y música
y amo al mundo entero, a sus gentes, ríos y montañas.
Siento que mi espíritu, amarrado al águila de plumas blancas,
escapa de mi cuerpo y entonces dejo de ser cuerpo y materia
y soy música,
aire, fuego y lágrimas.